martes, 6 de abril de 2010

EL PAIS DE LOS DRAGONES


Esto era un pequeño pueblo donde todos le pusieron Drogolandia. Todo estaba lleno de dragones grandes, pequeños, buenos, revotosos, etc. Las calles eran muy grandes y las casas estrechas. En cada una vivía una familia de dragones con sus hijos.
Todos se concocían y se llevaban muy bien. También tenían un bosque muy bonito con muchos árboles y plantas; rosales, claveles, naranjos, limones, manzanos ,etc. Allí se celebraban muchas fiestas: como la de los difraces, ferias de muestras,etc. Pero la más típica era la de la barbacoa. Cada vecino traia algo de carne; pinchitos, chuletas, etc. Y luego cada uno tomaba un poco de fuego para después expusarlo.
Los niños dragones iban al colegio y allí aprendían a estudiar. Era buenos pero un poco traviesos como todos los niños. A veces iban a jugar un partido de fútbol.
Los dragones adultos iban a trabajar sobre todo los hombres.Se levantaban muy temprano. Algunos iban a los albañiles, otros eran cocineros de restaurantes, bomberos, policías, etc. Las mujeres algunas iban a trabajar y otras se levantaban y hacían las tareas domésticas: hacer las camas, limpiar la casa, barrer, hacer la comida, etc. Pero sobre todo hacer la compra.
El alcalde dragón también era muy amable y cariñoso. Era el más anciano de todo el pueblo. Tenía dos bigotes negros y muchas pecas. Vestía muy bien un traje de pantalón y chaqueta azul marino, con camisa blanca y corbata, zapatos negros, y muy bien peinado y afeitado. Ayudaba mucho a sus ciudadanos y todos estaban muy contentos con él. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

La Fábrica de Turrón



Era se una vez un hombre pobre que vivía en un pueblecito humilde. Era viudo y tenía tres hijas: Raquel, Olivia y Rosario.



Tenía muy pronto que pensar en su porvenir. Pero era tan pobre y no sabía que hacer. Un buen día pensó y pensó hasta que se le ocurrió una idea vió una estrella fugaz y le pidió; necesito ser un poquito rico para darle a mis hijas lo mejor. Entonces la estrella se dió cuenta que era un hombre sencillo y le concedió el deseo. A la mañana siguiente cuando se levantó estaba toda casa llena de monedas de oro.

Entonces fué a la habitación de sus hijas y les dijo: chicas despertad parece que el cielo nos ha escuchado y ha caído el oro por toda la casa. Las niñas se alegraron y pegaron saltos de alegría al ver el oro. De repente el padre como tenía tanto dinero y no estaba acostumbrado no sabía lo que hacer hasta que se le ocurrió montar una fábrica de turrón.


Compró máquinas y todo lo necesario: azúcar, chocolate, almendras, nueces, etc. Y a la semana siguiente empezaron a trabajar y a buscar personas para la fábrica. Hacían de muchos sabores: coco, almendraa, duro, jijona, relleno de frambuesa, platano,naranja, nata con nueces, etc. Tenían mucho éxito y eran de buena calidad y le compraban muchos comercios, sumpermercados, gasolineras, tiendas, etc. Pero también les compraba mucha gente. Ya así cada vez iban ganando más dinero.

Las hijas estaban muy orgullosas y felices de la idea tan maravillosa que tuvo el padre de la fábrica de turrón. Y nunca más eran tan pobres. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.